Los cuartos de maravillas, también llamados gabinetes de curiosidades, eran habitaciones, o a veces muebles, de una residencia en los que se coleccionaban y exponían objetos de todos los rincones del mundo; curiosidades y descubrimientos procedentes de distintas exploraciones.
En este cuarto de maravillas personal comparto algunos de los hallazgos que atesoro: libros, lecturas, fragmentos, frases; palabras que, de forma sutil, a veces, o con gran estruendo, en otras, han tocado mi ser.